En el corazón de Bilbao, esta vivienda situada en un piso alto con espacios reducidos, techos bajos y un pasillo interminable desaprovechaba totalmente la entrada de luz natural. La casa esperaba una metamorfosis que permitiera a sus habitantes el confort necesario. Fue entonces cuando decidieron contactar con un experto en interiorismo como lo son Caax Arquitectura para hacer realidad su visión.
Las necesidades de los propietarios eran claras: maximizar la entrada de luz natural, crear una cocina espaciosa que se convirtiera en el núcleo de la vida familiar y social, incorporar tres habitaciones y dos baños, uno de ellos con una bañera, para futuras expansiones familiares.
El primer paso en esta emocionante travesía fue replantear la distribución existente para sacar el máximo provecho de cada rincón de la vivienda. La cocina se abrió hacia la sala de estar y el comedor, creando una zona interconectada para el disfrute de la vida familiar y social.
Una vez que se estableció la disposición de los espacios, se emprendió la búsqueda de una estética unificadora. El reto planteado por los propietarios fue la inclusión de puertas y rodapiés con un toque de color. Tras explorar diversas opciones de lacas, se encontró el tono de verde perfecto que definió la elección de los materiales restantes.
La madera de roble se convirtió en un elemento central en toda la vivienda, y cubrió todo el suelo. El salón, decorado con sofás en un tono gris verdoso, una alfombra en tonos crudos y un puf central, mantuvo la estética general de la vivienda.
Sin embargo, el baño principal de la vivienda merece un lugar especial en esta transformación. Un gran ventanal al fondo inunda el espacio de luz natural, lo que permitió la inclusión de una bañera y una ducha, un lujo si se tienen niños en casa. Las paredes se revistieron con piezas cerámicas de gran tamaño en un elegante color gris, complementadas en la parte frontal del baño con azulejos de color verde. Para añadir un contraste impactante, se optó por grifería, mecanismos y apliques en color negro. El mueble de roble con una encimera color claro y el lavabo modelo Tucuman de Bathco completaron este espacio impresionante.
El segundo baño siguió una estética similar, aunque con tonos más claros, dado que carecía de iluminación natural. Se utilizó un azulejo beige dispuesto en espiga, combinado con piezas cerámicas de mayor formato en color blanco. La elección de la grifería en negro, un mueble de roble y el lavabo Olea de Bathco aportaron un toque de elegancia a este segundo espacio.
En definitiva, esta transformación ha convertido una vivienda inicialmente desaprovechada en un refugio luminoso y elegante. Una lección de cómo la visión de un diseñador de interiores puede dar forma a un espacio, haciendo realidad los anhelos de quienes lo habitan.
Interiorismo: Caax Arquitectura
Fotografía: Biderbost Photo