La interiorista Natalia Zubizarreta cuenta con más de quince años de experiencia en el sector, tiempo en el que ha materializado los sueños de sus clientes. No sólo diseña el mejor interior adaptado a cada presupuesto, necesidades técnicas y estéticas, sino que trabaja con dedicación basándose en un interiorismo ético. Hablamos con la responsable del estudio.
Háblamos de Natalia Zubizarreta interiorismo.
En el estudio que lleva mi nombre, Natalia Zubizarreta interiorismo, nos dedicamos a la reforma y al proyecto de viviendas principalmente, del residencial integrales. Lo componemos actualmente siete mujeres en las que hay figuras de interioristas, arquitectas, arquitectas técnicas, administrativas… y la verdad es que es un equipo con una energía muy bonita, joven, llevamos cinco años trabajando y hay un espíritu de mucha paz y mucha tranquilidad.
Primero llegó la creatividad heredada de tu abuela argentina, después la oportunidad de trabajar en una tienda de decoración y poco a poco la pasión se convirtió en profesión. ¿De qué forma madura una interiorista? ¿Qué evolución aprecias en vuestros proyectos?
Y creo que hay una estrecha relación entre el camino personal, de crecimiento personal que he ido haciendo porque uno empieza siendo interiorista, pero luego está la figura de ser empresario y para mí ese ha sido el verdadero crecimiento.
Llegar a tener el equipo, la empresa, entender qué quiere el cliente, aspirar a la excelencia, mejorar, aprendizajes, a base de tortas y más tortas. Y hay un punto, cuanto yo mejor me encuentro mejor salen los proyectos y de autoestima. Cuanta más autoestima he ido adquiriendo, más seguridad, pues más he podido conseguir que el cliente confíe en llegar a proyectos de mayor envergadura y la verdad es un proceso personal que se extiende en lo laboral en mi caso.
Desde los inicios, habéis apostado por un interiorismo ético basado en la claridad y la honestidad. Explícanos esta idea.
Yo veía que en el mundo del interiorismo había muchos prejuicios, de que viene la decoradora y te lo tira todo porque si, te engaña, no estaba como claro, limpio, por lo menos lo que yo iba viendo y encontrabas a un cliente o muy apaleado por anteriores profesionales o muy desconfiado… Para mí esa ha sido una premisa: esto es lo que hay, esto es lo que vamos a hacer, esto es lo que va a costar, ese respeto del proyecto, respeto del presupuesto desde el inicio.
Posiblemente en la primera llamada seamos los más exigentes seguro pero prefiero perderles en esa primera llamada que cuando luego se ha ido subiendo porque nosotros no hemos hecho bien nuestro trabajo. Y luego para mí ha sido muy importante en cuanto a ética y valores, trabajar desde la confianza. Yo entendí que si el cliente no confiaba y dejaba trabajar y se dejaba cuidar y soltaba ese control que muchas veces viene por miedo, no funcionaba. Cuanto más confía el cliente mejor sale y nos lo hemos demostrado por que nuestros proyectos son casi a ciegas.
Se habla que hoy en día de una democratización del interiorismo. ¿Vuestro estudio ha percibido este cambio? ¿En qué sentido?
Yo creo que el interiorismo se ha convertido en un servicio que ya la gente se plantea de base. Antes era algo como de personas con un nivel adquisitivo alto, algo que pensabas que no podías permitirte. Ahora hay mucha demanda. Quizá han tenido mucho que ver los programas de televisión en los que se veía un efecto mágico. Se ha dado mucha cabida a entender qué hacemos los interioristas.
La gente ya no tiene tiempo para ocuparse, necesita alguien que le ayude… Así como ahora mismo ya no solo haces deporte, tienes casi un entrenador personal… hay muchos servicios que antes eran un lujo y que ahora la gente dice: necesito esto y además el nivel de exigencia. Y no quieres solo una casa mona, ahora quieres la casa más top de moda…
Las redes sociales hacen que enseñemos nuestras casas, lo que está de fondo, es como un marco casi de perfección que se está exigiendo a todo el mundo ya. Entonces se ha entendido que el interiorista ayuda mucho y es un servicio que merece la pena.
Vuestros proyectos cuentan con un estilo muy característico que se basa en la atemporalidad, frescura y ligereza. ¿Cómo lográis adaptaros a las necesidades de vuestros clientes?
Para mí la figura del interiorista es simplemente un mero traductor entre lo que el cliente sueña o tiene en la cabeza y la cruda realidad. Entonces creo que hacemos un gran esfuerzo de mimetizarnos con lo que nos pide cada cliente. Para mí es muy importante escuchar la necesidad emocional, la inquietud final de cada proyecto y decir, yo creo que hay que ir por esta línea y con humildad porque yo creo que eso es básico; decir, venga vamos a transformar esto que él pretende, esto que él está intentando hacernos entender en algo que sea totalmente personalizado. Entonces dentro de un estilo que inevitablemente siempre nos sale, que hay un hilo conductor entre nuestros proyectos. Creo que tenemos proyectos con un estilo hiperminimal, moderno… que dirías, wow! ¿Cómo es posible que luego estén relacionados con el mismo estudio que sea una cosa muy clásica, muy recargada…? Así que para mí ahí sería ese ser muy camaleónicos y que funcione en cuanto a algo práctico, porque bonito siempre se puede llegar a ser que sea. Que sea práctico y que además entre dentro de lo acordado a nivel de presupuesto, plazos, etcétera pues también tiene que serlo.
Vemos que cada vez más son las colaboraciones que realizáis en revistas incluso televisión y radio… Por no hablar del seguimiento que tenéis en redes sociales ¿La comunicación y el interiorismo son hoy en día un binomio indiscutible? ¿para vosotros esta puesta se trata de una estrategia empresarial o ha surgido casi de forma espontánea?
Yo creo que la comunicación en cualquier negocio hoy en día es un binomio indiscutible, es necesario, parece que si ya no estás presente en redes sociales parece que no existes. Por supuesto hay grandes profesionales del sector que ni siquiera tienen redes sociales y que es una maravilla cómo trabajan pero tienes igual más de la vieja escuela. Para mí fue una cuestión de… yo salí me puse por mi cuenta hace cinco años y dije: ¿cómo muestro mi trabajo al mundo? ¿Cómo consigo clientes? Y empecé poco a poco hace cinco años como una hormiguita, metiendo muchas horas, muchas horas, y al final le vas cogiendo el truco y para mí especialmente Instagram es como la red social donde más presencia tenemos ha supuesto… es tan bonita esa red social, es tan dulce, tiene un punto de… el cariño que te dan, el apoyo, cómo se valora el trabajo… es una red social que para mí es muy mágica y te da mucha energía para seguir trabajando, para mostrar tu trabajo y yo creo que es necesario estar ahí.
La gente es superamable, si tienes algún problema… a nosotros nos han pasado auténticos milagros de decir, no tenemos internet y una señora de Murcia que trabajaba en la compañía telefónica lo consiguió, regalos que te manda la gente, el amor que se transmite en esa red es algo
Centrándonos en el baño, ¿Qué importancia tiene la luz, los materiales, cada uno de los elementos? ¿Cómo conseguís que el baño sea una zona de relax?
Yo cuando voy a un hotel es de los espacios en donde más me fijo para ver si el hotel tiene categoría, si ha habido un buen proyecto. Porque a veces se hace un esfuerzo en zonas comunes pero en el baño a veces se patina porque siempre queda como frío. Para mí un baño tiene que ser muy cálido y muy acogedor y principalmente ahí están los materiales pero la iluminación es la que te va a dar ese punto cálido para que sea práctica pero muy acogedora, que tenga diferentes encendidos para diferentes usos del baño y claro, es un espacio donde es la zona más íntima de la casa, donde más vulnerables nos sentimos.
Entonces tiene que ser un sitio donde haya mucha paz y aunque haya elementos pequeños: una grifería en un color… que la estructura tenga mucha calma con tonos neutros, elementos que recuerden a las piedras naturales, a maderas, a todos los elementos naturales que nos hacen recordar a la naturaleza y creo que relajan mucho. El empleo de esos materiales que evoca a lo natural para mí es sagrado.
En muchos de vuestros proyectos trabajáis con Bathco. ¿Cómo definirías la marca? ¿Por qué elegís sus productos para vuestros proyectos?
Para nosotros es una marca que nos ofrece un montón de opciones a la hora de elegir principalmente los lavabos. Yo me acuerdo que vi el modelo Nordic, que cuando lo descubrí hace años cuando empecé, y dije: hasta que no haga un baño con un lavabo Nordic no voy a parar. Hay veces que incluso, el lavabo de Bathco es casi desde donde nos parten los proyectos y eso es muy bonito.
La integración de materiales, las opciones de diferentes estilos, de ese poder que tenemos nosotros de mimetizarnos, de decir vamos a ponernos más modernos, más clásicos, eso nos lo ofrece Bathco siempre. Da igual el perfil de proyecto que tengamos que siempre vamos a encontrar el producto adecuado y también nos encanta que esté todo en stock, la facilidad de que podamos tenerlo todo accesible y que la relación calidad-precio a mí me parece súper acertada.
En tu visita a Bathco ¿Qué te ha sorprendido? Has podido conocer el Atelier de Bathco, ¿Cómo lo definirías? ¿Qué posibilidades crees que puede ofrecer al interiorista?
Ha sido una conexión con la creatividad de nuevo, me ha maravillado. Hay un ambiente de creación, de vida, de luz, de gente joven y por supuesto ver todas las opciones que hay, no hay límites en cuanto a creatividad. Si de repente estoy imaginando algo Bathco lo puede hacer. Yo no era consciente hasta qué punto se podía llegar a personalizar y para nosotros los diseñadores que queremos aquello que no está en catálogo pues de repente he dicho, madre mía, a ver por dónde empiezo a diseñar.
Me ha maravillado, porque hay veces tenemos ese prejuicio de que son empresas como más cerradas, como es lo que hay en stock que es una horquilla inmensa y ahora mismo digo: aquí hay verdaderos artistas trabajando.