El concepto de la reforma o la rehabilitación ha evolucionado enormemente en los últimos años. Ya no se pretende “romper” con todo lo que anteriormente existía en la vivienda para imponer un nuevo estilo, sino que se trabaja por recuperar la esencia del espacio que se está trabajando y conectarlo con el proyecto de interiorismo actual.
Si hablamos de la rehabilitación de un edificio histórico o con cierta tradición, este enfoque adquiere una dimensión superior. El verdadero trabajo ahí es conectar eficazmente los materiales, recuperando al máximo los detalles originales que forman parte del ambiente y la esencia de la propia edificación. Conectar lo nuevo con lo antiguo es un reto para cualquier arquitecto o decorador.
Un ejemplo de este tipo de rehabilitaciones es uno de los últimos proyectos donde ha colaborado el Atelier de Bathco. Se trata de la remodelación del Nuevo Centro de Formación de la Fundación Laboral de la Construcción de Cantabria ubicado en las Antiguas Escuelas de Solvay localizado en Torrelavega. Es de un edificio de valioso patrimonio arquitectónico de 1.000 m2 de superficie y construido en 1914 que ha sido rehabilitado por A2 ESTUDIO DE ARQUITECTURA.
A2 ESTUDIO DE ARQUITECTURA se ha encargado de rehabilitar tanto la antigua fachada como el interior del edificio, respetando al máximo el valor arquitectónico y recuperando esa esencia de “antigua escuela”.
Hablamos con Raúl Pinta y Alberto Telechea, arquitectos responsables del proyecto:
¿Cómo os habéis enfrentado a este proyecto? ¿Cuál ha sido el objetivo principal en el proceso de rehabilitación?
Desde un comienzo nos enfrentamos muy ilusionados, sintiéndolo como un reto y a su vez con un enorme respeto tratándose de un edificio protegido debido a la historia que lleva a sus espaldas. A ambos nos parecía un proyecto muy interesante para llevar a cabo, por el propio encanto del edificio, teniendo claro desde el primer momento que respetaríamos dentro de lo posible los materiales originales.
¿Qué dificultades os habéis encontrado en el proceso?
La labor más dificultosa ha sido la adaptación de un edificio de más de 100 años a la normativa vigente. Hemos intentando mantener los materiales originales del edificio, como solados de baldosa hidráulica, madera y adaptando las puertas originales a los anchos y sentidos de apertura. Esto se convirtió en ocasiones en auténticas labores de artesanía de la época del edificio.
¿Habéis realizado un trabajo de restauración más que rehabilitación? Es decir, ¿habéis podido introducir materiales o elementos constructivos actuales?
Intentar que los nuevos materiales no quitaran importancia a los materiales originales fue una tarea ardua. Ha habido mucha labor de detalle e investigación sobre los materiales originales para utilizar ahora unos nuevos adaptados al edificio.
Si atendemos al trabajo realizado en el interior, habéis colaborado con Bathco Atelier para impregnar las paredes del edificio y sus aseos de su Historia ¿Qué os parece el resultado?
Estamos muy satisfechos con el resultado. Los artistas entendieron y compartieron con nosotros, la responsabilidad que se nos habían dado. Coincidieron en no desmerecer lo existente, con unas nuevas actuaciones sutiles que no quitaran el verdadero protagonismo del edificio.
¿Os parece aplicable el trabajo de Atelier de Bathco a otros proyectos de reformas o interiorismo? ¿Qué puede aportar?
Pudimos conocer de primera mano la labor de Bathco en su Atelier y nos pareció una gran aportación al mundo del diseño, en algo tan “olvidado” o pasado por alto como solían ser los sanitarios u otras piezas que siempre se veían como piezas “secundarias”, consiguiendo llevarlas a un primer plano, hasta el punto de ser las verdaderas protagonistas de un espacio.
María Centeno y Cecilio Espejo han sido los artistas del Atelier encargados de rediseñar y plasmar las imágenes de la historia del edificio en sus paredes y en la zona de los aseos. Para realizar este trabajo se trabajaron digitalmente las imágenes y se convirtieron en calcas cerámicas que posteriormente se aplicaron en los azulejos de las paredes, en los inodoros y lavabos. En definitiva, se logró convertir el nuevo centro formativo en una pequeña exposición fotográfica integrada totalmente en el edificio. Así cada elemento mantiene viva la historia de este espacio que durante muchos años sirvió de escuela para los hijos de los empleados de la fábrica de Solvay.
El nuevo Centro fue cedido el año pasado por la Sociedad Solvay Química a la Fundación Laboral para fines formativos y docentes. En él se ofrecerá formación dirigida a perfiles técnicos, Certificados de Profesionalidad de Nivel 3, enfocados en cursos de Oficina Técnica, como por ejemplo metodología BIM (Building Information Modeling).
El presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla Roiz, fue el encargado de inaugurar este nuevo Centro de Formación el pasado 19 de marzo, coincidiendo con la celebración del 25 aniversario de la Fundación Laboral de la Construcción de Cantabria. En su discurso remarcó la importancia del proyecto y lo definió como un espacio que “volverá a recuperar el esplendor que tuvo en los años 70”.
Para, Gervasio Pinta Rioz, presidente de la Fundación Laboral de La Construcción de Cantabria y director general de Grupo Pinta esta reforma supone “un ilusionante proyecto de recuperación que nos permite disponer de un nuevo Centro formativo en Barreda, que acercará la formación a empresas y trabajadores de la cuenca del Besaya”.