Diseñada por IN56 Interiorismo, esta vivienda ha sido transformada en un hogar para una joven familia con un hijo. Desde el inicio, la visión fue clara: crear un espacio común donde la cocina, el salón, el comedor y la zona de estar se fusionaran, manteniendo a la familia conectada, y facilitando la interacción diaria.
La distribución abierta de la casa permite que la familia disfrute de una conexión constante. La paleta de colores, dominada por tonos tierra como el beige y el terracota, junto con materiales naturales como la madera de roble, el lino y las cerámicas neutras, crea una atmósfera cálida y acogedora. El mobiliario ligero no solo contribuye a la estética atemporal, sino que también facilita la funcionalidad y el confort en cada rincón del hogar.
El centro de atención es la cocina, donde una península circular forrada de madera de roble se convierte en el epicentro del espacio. Esta península no solo es un elemento funcional ideal para preparar alimentos, sino también un punto de encuentro donde la familia puede reunirse para compartir momentos.
En el dormitorio principal, el color teja empolvado destaca en un cabecero de diseño a medida, aportando un toque de sofisticación y calidez al espacio. Este detalle, junto con el uso de textiles naturales, asegura un ambiente relajante y personal.
El baño de la suite principal es un lugar de paz. El espacio está centrado en un lavabo Carnac de Bathco de porcelana natural. Esta pieza no solo añade un toque de lujo, sino que también mantiene la coherencia de los materiales naturales que predominan en toda la residencia.
Con su enfoque en materiales naturales y una paleta de colores atemporal, IN56 Interiorismo ha creado un espacio que es tanto un santuario personal como un lugar de conexión familiar.
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