Marcos Granda, sumiller y jefe de sala, decidió abrir en 2017 el restaurante Clos en Madrid y confió en Lavela studio para crear una experiencia personalizada y memorable con capacidad para 26 personas y un equipo de doce profesionales.
Granda define así su restaurante: “Clos es mi oda al arte de la hospitalidad, la creatividad y el gusto por el vino. Ya desde el nombre buscamos hacer una declaración de intenciones, en francés, el término “clos” se emplea para designar los mejores pagos y parcelas del viñedo, una pista clara del respeto y admiración que sentimos por nuestra bodega”.
Acompañando a las intenciones del propietario, Sandra Vergara y Raquel Lazaro, interioristas de Lavela Studio proponen una sala, no excesivamente grande, diseñada con mimo y que va en consonancia con lo que te vas a encontrar en el plato: comida moderna, sin estridencias y con un producto fabuloso. Presidiendo el comedor principal vemos el cuadro «My time» de Ainize Txopitea Artworks y las sillas de Blasco & Vila.
un rincón pequeño, sencillo, sin ostentaciones, pero elegante a la vez
En la revista Vanitatis podemos leer que “una pequeña y acogedora barra de entrada da paso a un amplio, diáfano y luminoso comedor, con vistas a la cocina y a una sugerente vinoteca acristalada. Mesas espaciosas, esmeradamente vestidas y convenientemente distanciadas entre sí, crean, dentro del comedor general, agradables e íntimos ámbitos particulares”.
Los baños del restaurante
En los baños sigue muy presente la atemporalidad y la elegancia. En uno de ellos se puede encontrar el lavabo Dual de piedra negra sobre encimera y grifería empotrada.
En el otro aseo vemos el lavabo de porcelana suspendido Bolonia.
La ambición de Granda era posicionarse como un referente, y no como un restaurante de moda más y lo logró en 2019 al conseguir la Estrella Michelin.
Fotos: Biderbost photo