Una madre y su hija comparten este piso en Leioa, Vizcaya, que se ha reformado por completo ganando en luz y espacio.
La interiorista Natalia Zubizarreta plantea una reforma que elimina algunos tabiques y posiciona al color blanco como el principal aliado en la decoración. Así se logra un piso luminoso que consigue multiplicar sus 90 metros cuadrados.
Tras la reforma, el piso mantiene sus tres habitaciones y los dos baños pero se modifica la distribución, de acuerdo a las necesidades de sus nuevas inquilinas, con un amplio salón conectado a la entrada.
Para lograr una casa amplia, se han eliminado paredes y algunas zonas inutilizadas, como el antiguo hall, que con la nueva distribución queda unido al salón. En este espacio y junto a la puerta de acceso, hay un armario empotrado a medida lacado en blanco y un mueble vitrina de Hanbel, que la dueña utiliza para guardar la vajilla.
Durante la reforma, se descubrieron pilares de hormigón y vigas ocultas debajo de los techos falsos. “Estos elementos originales dan personalidad, a la vez que contrastan con las piezas de mobiliario antiguo”, comenta Zubizarreta.
La cocina
La cocina se conecta visualmente con el recibidor gracias a una ventana; además, se ha colocado una puerta acristalada de suelo a techo que deja pasar la luz natural.
Los muebles son del modelo Minos de Santos. En el suelo, hay una alfombra de polipropileno de Zara Home que aporta calidez a esta zona y que resulta muy práctica, porque se puede fregar.
“La cocina es uno de los espacios principales porque a la dueña le encanta cocinar. Era pequeña y contaba con un tendedero, que se ha eliminado para incorporar un comedor: la propietaria prefería tener el comedor en la cocina y prescindir de él en el estar”, explica la interiorista Natalia Zubizarreta.
Para la iluminación general de la cocina hay focos empotrados dobles en blanco. En la ventana, se han colocado venecianas lacadas en blanco con cinta de tela gris. El mobiliario del comedor es de Ikea y la lámpara suspendida de Pantallas artesanas J46, una tienda de Bilbao.
En el frontal de la cocina se ha protegido con porcelánico efecto mármol Calacatta, de Grespania. De la misma firma es el pavimento efecto marmoleado gris. La encimera es de Neolith. El resto de las paredes se ha revestido con papel.
Para que los muebles de la cocina no tengan tanto peso visual en el conjunto, en los laterales se han colocado unos baldas de madera con un foco led integrado. Al otro lado de la cocina, se puede ver un aplique Tolomeo de Artemide que ilumina puntualmente la encimera.
Al eliminar los falsos techos, se gana altura; de ahí que la iluminación se haya empotrado en las bovedillas de la estructura “para no tener que bajar los techos”, señala la interiorista. En el salón vemos focos empotrados sin marco.
El salón
La decoración apuesta por el blanco, unificando paredes, techos y carpintería. “Las puertas lacadas en blanco presentan un pequeño dibujo para destacarlas”, puntualiza Zubizarreta. En contraste, el pavimento es un laminado efecto roble oscuro de la firma Maia-Otto.
A los lados del sofá se han colocado dos mesas auxiliares y, sobre ellas, lámparas de Hanbel.
En la sala destacan un mueble antiguo de herencia familiar y la mesa de centro antigua. Ambos se decaparon para quitarles el barniz oscuro brillante y aplicar otro claro mate. Los cuadros también se han puesto al día, enmarcándolos de nuevo para que resulten más contemporáneos. El sofá y la butaca son de Ikea; pufs y alfombra de Kenay Home.
“La propietaria venía de una casa más grande, por lo que tuvimos que tener en cuenta la necesidad de crear espacios de almacenaje. En este sentido, en el salón ha sido importante la incorporación de una gran librería que, además, cuenta con armarios en la parte inferior para poder guardar cosas”, explica Zubizarreta. La librería, a medida, es de Pladur: se integra totalmente al espacio y resulta muy ligera a pesar de su gran capacidad. En esta zona, vemos tres apliques modelo Tolomeo, de Artemide.
Dormitorio principal
A la izquierda, las puertas que dan a las 3 habitaciones. Se han creado dos suites, para que madre e hija puedan disfrutar cada una de ellas de su propia zona privada. La tercera habitación es un estudio que se transforma en dormitorio de invitados cuando hace falta.
Para su dormitorio, la propietaria ha optado por un vistoso estampado floral en las cortinas, que dan luminosidad a la estancia. Se han confeccionado con una tela de Pepe Peñalver.
Al otro lado de la cama, se prescinde de mesita de noche y, simplemente, se coloca una lámpara de lectura de pie.
En las habitaciones, los armarios son a medida de suelo a techo, con un diseño limpio y tiradores integrados. Las paredes se han decorado con molduras.
El baño principal
Para el revestimiento del baño se ha elegido un azulejo que sugiere piedra caliza natural, de Florim. Se ha realizado un mueble a medida lacado con encimera laminada sobre el que se ha colocado el lavabo Olea de Bathco. La mampara de ducha es de Profiltek y el taburete es de Zara Home, así como los complementos.
Dormitorio de la hija
En el dormitorio de la hija hay un cabecero tapizado de Hanbel; a ambos lados, apliques de House Doctor en negro. A los pies de la cama, se ha colocado una banqueta de Thai Natura y una alfombra de rombos.
Las mesitas de noche son de Vical Home; ropa de cama y complementos, Zara Home y Kenay Home.
Bajo la premisa de aprovechar el espacio al máximo y conseguir zonas de almacenaje, Natalia Zubizarreta ha diseñado a medida un zapatero que ocupa todo el pasillo de acceso al dormitorio.
Para revestir el baño se ha utilizado el mismo azulejo de Grespania de la cocina, de efecto mármol. El pavimento es de baldosa. Hay un mueble a medida con encimera de Corian y dos cajones de madera laminada. Se ha creado una hornacina decorativa con la misma baldosa del suelo.
La iluminación se ha resuelto con focos redondos blancos integrados en el techo. Y volvemos a ver el lavamanos Olea de porcelana de Bathco.
Fotos: Felipe Scheffel